La cadena de TV Sol Música convocó un concurso de videoclips para el grupo de pop Lori Meyers. Yo me presenté con la propuesta que muestro a continuación; un pequeño corto de animación que narra la historia de Roger, un extraterrestre solitario y algo fracasado que encuentra inesperadamente una oportunidad para ser feliz. Como el título de este blog indica, la vida en otros planetas es una posibilidad que me fascina desde que soy pequeño, y a veces me he preguntado si en algún planeta lejano se sienten igual que nosotros. Quizás se hacen las mismas preguntas. Quizás miran a las estrellas como nosotros.
De entre más de 200 participantes quedé en 4º puesto, a las puertas de llevarme uno de los 3 premios. No está mal teniendo en cuenta que conté con apenas una semana para hacerlo.
A continuación os muestro el proceso creativo. Primero los bocetos, donde fui dando forma a todos los elementos que necesitaba para la animación.
Roger y otras posibilidades.
Capas para el plano del paisaje desde el bus. Trasera del televisor de la anciana.
Props para el salón de la anciana y estantería para el supermercado, así como los paquetes de veneno.
Exteriores del supermercado y otros fondos.
Parada de bus donde Roger espera.
Props para el cajero del supermercado y para el salón de Roger.
Fondo del interior del supermercado y diseño del autobús (a medio camino entre un hovercraft y un tren).
Cuerpos para Roger y la anciana. Cuadro del marido difunto de la anciana.
Después de dibujar y escanear todos los elementos necesarios, y, antes de animarlos, hay que darles color y prepararlos. Separar por capas todos los elementos que se vayan a mover de alguna manera y organizar todo el material agrupándolo según el plano y la secuencia. A continuación algunos fondos terminados.
La ciudad que Carl Sagan nunca imaginó.
Aquí pasa tristemente sus días la pobre viuda, viendo la tele desconsolada.
La parada de bus de Roger, ya terminada, con un póster de Lori Meyers en la marquesina.
Interior del vagón de bus en el que viaja Roger.
Fondo del supermercado terminado.
Contenedor de reciclaje.
Para el supermercado, tanto el interior como el exterior, y el uniforme de trabajo de Roger, empleé una gama de azules.
Aquí los personajes caracterizados según la secuencia. Colores fríos y neutros al principio; más alegres y vivos después.
Y aquí dejo un link para que veais el resultado final. Fueron 8 dias de intenso trabajo, pero quedé muy contento con el resultado obtenido, así como mi valoración en el concurso. Espero que os guste.
Me presenté con este trabajo al Certamen Internacional de Álbum Ilustrado de Alicante, en el año 2003. Ese año presenté dos obras, que espero retomar en esta nueva etapa. En estos concursos es habitual que te pidan dos originales totalmente terminados y una maqueta del resto del cuento. A continuación podéis verlos.
Los gatos de Jarabe maullando al unísono para hacer crecer la Luna. Acrílico.29x42cm.
Los Indios Tombo cantan al cielo rogándole lluvias. Acrílico.29x42cm.
El Honorable Alcalde de los sapos.
Señor Cebolla tiene un papel fundamental en esta historia.
Señor Cebolla tiene, entre otras virtudes, la habilidad de tocar el violín como nadie.
En Jarabe pasaban cosas muy raras. Sucedió una vez que crecieron zapatos en los campos.
He encontrado un paquete de ceras Manley todas cochambrosillas ellas, y me han dado ganas de guarrear un poco. Este es el primero de mis Muñecos Feos y Mal Hechos que Saludan Como Idiotas.
Hace tres años escribí un cuento, un pequeño relato a modo de regalo de cumpleaños. El mismo día de entregarlo, in extremis, terminé de escribir la última palabra. Y ya sin tiempo, en apenas una hora, realicé cinco ilustraciones para el cuento.
Uno de mis planes a medio plazo es retomar este trabajo y convertirlo en un álbum ilustrado.
A continuación un fragmento del texto:
Una absoluta y extraña inocencia habitaba los enormes ojos negros de Sandra. Parecía como si algún genio hubiera arrancado una a una las raíces de los sueños de todas las infancias del mundo y las hubiera plantado en el vasto y fértil campo de su corazón, donde habrían florecido de una manera única y casi inexplicable, irradiando una luz que escapaba de toda definición y comprensión, trascendiendo a los colores, a las formas y a las palabras, y finalmente atrapada en lo más profundo... Tan solo una milmillonésima parte de esa luz se intuía en aquellos ojos grandes y despiertos, pero sin duda, se trataba de una luz singular y poderosa. Camuflados bajo el despeinado flequillo de azabache, esquivos y nerviosos, miraban atentos a su alrededor en todo momento. Sandra buscaba y encontraba la inspiración en todas las cosas que le rodeaban. Ya desde pequeña inventaba historias con muñecas mutiladas y rotas, cosa que no le diferenciaba demasiado de las otras niñas, pero Sandra imaginaba esas historias en un mundo en el que ella misma era una de esas muñecas.
El destino que le aguardaba, al parecer, no estaba carente de cierta ironía.
Atareada y enfrascada en el silencio de la concentración se encontraba aquella noche, la noche que empezó todo; la noche que le cambió la vida...
Mi primer intento de manejar el acrílico...Ha llovido bastante desde entonces, y aunque no he conseguido hacerme del todo con la técnica, si que he descubierto la manera de amoldarme a ella.
Una infusión caliente. Cristales empañados por el frio. En la calle llueve...Una tarde cualquiera en Bruselas. Buena compañía. Sentados en la cocina del piso más internacionalmente habitado entramos en calor. De fondo, el lavaplatos pone la banda sonora. Parece que se ha desatado una tormenta en su interior. Se oye el agua salpicando por dentro. Se oye también en la ventana salpicando por fuera.
Y entre esas dos lluvias, sobre el vapor de mi infusión calentita me acomodo. Y dibujo en mi cuaderno a un señor de otro planeta.
Se llama Rectifier. Y tiene esa sonrisa de satisfacción porque sabe donde se hacen los gofres más deliciosos de toda la galaxia.
" La senda serpenteaba sinuosa de un lado a otro, pero ellas no tenían ningún miedo; no esperaban encontrar algo desagradable tras la siguiente curva, ni se sentían indefensas por encontrarse en un lugar semejante, lejos de todo, a esa profundidad donde quizás habitaban criaturas horrendas y viscosas.
No.
Flotaba en el aire una extraña quietud..."
"Manos de Papel, Corazón de Miel". Cuento de Alex Rey.
Acrílico y lápiz. 29x42cm.
Ilustración de libre inspiración sobre un cuento de mi cosecha.
